30 may 2006

El gataflorismo



Siempre fui bastante caprichosa, no lo voy a negar, pero a veces supero mis propias expectativas.
Sumale a eso que soy muy antojadiza y cuando me antojo de algo, no quiero otra cosa que eso y lo quiero YA (insufrible … lo sé).
Causas de esto? … podría nombrar muchas, desde llamar la atención hasta probar los límites de alguien para satisfacerme.
Muchos me dicen que es culpa de que nadie supo ponerme los puntos sobre las “ies”, y tal vez tengan algo de razón.
Mis antojos van desde la comida hasta los hombres con los que estoy (o quiero estar).
Con la comida es fácil de manejar, porque lo que quiero me lo cocino, y listo, me quedo tranquilita y sino lo consigo, no como y punto.
Pero con los hombres se me complica más, porque son personas con sus propios gustos, tiempos y sobre todo … sentimientos, y con mis caprichos generalmente termino lastimándolos, porque no juego limpio ni con ellos ni con mi cabeza.
No lo hago de perra, porque en el momento estoy convencida de que eso es lo que quiero pero … eso se empieza a desvanecer una vez que lo tengo, que me sacio, o que ese antojo es opacado por otro (por así decirlo).
En cierta forma creo que esto esta muy relacionado con mis inseguridades y a querer probarme a mi misma que yo puedo tenerlo si quiero, pero egoístamente no mido las consecuencias para con el otro.
Hace unos días me cruce con mi ex en un cumple y estaba hecho un bombonazo. No puede sacarle los ojos de encima en toda la noche y no me importó que se diera cuenta, es más, quería que me viera, aunque no se que esperaba o a donde pretendía llegar después.
Hoy tratando de analizar un poquito ese lado infantil que tengo, miro para atrás y empiezo a recordar por ejemplo, las cosas por las que corte la relación con mi ex, el porque elegí estar ahora con M, y me doy cuenta que por más que me siga atrayendo físicamente y sea una excelente persona, no podría estar otra vez con él, y solo lo sigo manteniendo en mi cabeza como respaldo por si las cosas en mi nueva relación no funcionan y así tengo donde caer.
Sé que estas cosas hacen que no pueda ponerme a pleno con M y que nunca voy a poder tener todo, ni tampoco creo que quiera (además de imposible, debe ser aburrido el hombre perfecto no?).
M tiene muchos defectos y yo también (si si, lo reconozco), y lo bueno es que entre los dos estamos tratando de aprender juntos.

Mi conclusión a esto, es que siempre es más fácil descartar cuando algo no es tal cual lo queremos o esperamos (y obviamente uno recarga todas las culpas en el otro), pero la satisfacción que provoca aprender a aceptar, crecer y abrir la cabeza a contramano de muchos caprichos y antojos, es muy gratificante.
Duele que te hagan ver tus defectos (y por mas que nos enojemos y lo neguemos, por dentro sabemos que tienen razón), pero con el tiempo te das cuenta que te sirven para crecer y conocerte, mucho más que si te apañan y te adulan.
Por eso un buen amigo o pareja no es aquel que asiente todo lo que haces o decís, o acepta todos tus antojos, sino aquel que te ayuda a verte tal cual sos y te acompaña en ese duro camino de reconocer tus errores (por lo menos para mi es muy duro, son muchos años de mañas y caprichos apañados).

Gracias a todos ellos, a todos con los que alguna vez me enoje por no consentirme o me alejé por no pensar como yo.