5 dic 2006

Secuelas de ayer


Hoy tengo un día de mierda, totalmente bajoneada, con ganas de no ver a nadie y el día me acompaña, fantásticamente nublado y con una lluvia que realmente disfruto en estos momentos, que me moja mientras camino sin importarme nada, con la cabeza en otro planeta, solo sintiendo el agua rodar por mi cara y el viento que me desestructura.
Todavía estoy sufriendo las secuelas de ayer, y todavía me duele el pecho y se me anuda el estomago, y contengo las ganas de llorar y sin quererlo se escapan de mis ojos las marcas de la angustia.
Me va a hacer falta N, lo se, sus besos, sus abrazos, el mundo de contención que tenia preparado para mi cada vez que nos encontrábamos, cada vez que me escapaba de mi mundo, cada vez que necesitaba irme de mi y sentirme parte de su cuerpo, en sus palabras, en su piel.
Siempre fue especial, desde el momento que lo vi por primera vez, y lo quiero. Es algo que no puedo controlar, me puede y no me importa correr riesgos para poder disfrutar un momento de su compañía, y el sabe que me puede.
Lo voy a extrañar, y lo estoy alejando, lo suelto porque me esta superando, se me sale de control y ya no son encuentros casuales, son los momentos que estoy esperando todas las semanas tener, y dejo pasar muchos conflictos, sin resolverlos y siento que no avanzo, que no crezco, que sigo ocultándome en sus brazos, porque no esperamos nada más que lo que nos pasa, que ninguno va a pedirle al otro lo que sabe que no va a tener y eso te da mucha paz.
Y sigo todavía así ... escapándome de los problemas pero también escapándome de lo que disfruto, porque se me sale de control, va más allá de los límites de lo previsible y me asusta y me escapo, y me cansé de correr de todo y de todos, pero no tengo forma de huir de mi.
Y escapo, de todos los juegos, porque me voy antes de que terminen, por miedo a perder, por miedo a jugar, por miedo a vivir.
Y termino convirtiendo mi vida en una rueda sin sabores, sin altibajos, sin riesgos por nadie. Sin momentos reales y completos.
Y me duele no arriesgarme por nadie, ni siquiera por mi.
Por eso ayer decidí cortar con N, por más que todavía me este doliendo, por más que me tomó meses juntar las fuerzas para decírselo, por más que lo que siento por él supera el placer del momento y por eso mismo lo dejo. Pero esta vez no me estoy escapando, al contrario, estoy intentando jugar a vivir, pero a vivir con todas las cartas del mismo mazo, sin hacer trampa, sin escaparme.