21 feb 2007

Amor por el vicio

Mail de P: _“a N lo operan el viernes”
Mierda, pienso, hoy ya es miércoles, si mañana me junto con los chicos y pasado se opera… cuando lo voy a ver y con que excusa?
Sin pensarlo demasiado le envío un sms “quiero saber si me vas a pagar la apuesta y si va a ser antes o después”. Explicación… apuesta = si yo adivinaba cuando se operaba, ganaba lo que yo quisiera. Obviamente N sabía que contándole a P yo me iba a enterar y sin buscarme - como me lo había prometido - me abría todas las puertas.
Su respuesta inmediata fue “si queres esta noche en casa, yo cocino” (sabe que los jueves son exclusivos de mis amigos).
Y así fue… volví del trabajo, me preparé y partí tipo 19 hs ya que es un viaje hasta su casa y no quería perder tiempo.
Llegué y estaba cocinando, nos dimos un abrazo eterno como para recuperar los casi 3 meses de abstinencia (que tendrían que haber sido for ever, pero no pude).
Apagó el fuego y nos sentamos en el sillón porque había estado mucho tiempo parado y le dolía mucho la pierna, pero no sin antes cambiarse la remera que había quedado con olor a comida.
Conversamos un rato, como para ponernos al día, pero no demasiado, yo quería comérmelo a besos y sabia que él también, pero le gusta hacerse desear.
Es irresistible, es sexo en un cuerpo de hombre, es ternura dentro de un niño y es fuego lo que genera en mí y me descontrola, me desata.
Me supera la situación. Demasiado fuego, demasiado roce, demasiada ropa, demasiada excitación que me quema por dentro y por fuera.
Me da sed y trae el vino, que esta vez él compró y que sabe que me encanta. Lo descorcha, toma las copas y nos vamos a su habitación.
La música quedó de fondo en el living, el vino con nosotros y la ropa en el camino, camino que no me interesa dejar marcado para saber por donde volver, no en este momento.
No necesito decir nada, sabe como hacerme volar, es como si estuviera en mi mente y va cumpliendo cada deseo, cada fantasía, que mi cuerpo acepta y va dejando en su cuerpo parte del mío, y es reciproco.
Es el mejor esclavo sexual que conozco… ni siquiera tengo que darle ordenes, no hace falta y se desvive por satisfacerme.
Y ya no recuerdo donde estoy, ni que había ido a comer, ni que estaba enojada. Solo somos nosotros dos, la música y el excelente vino que eligió para mí. Una conjunción orgásmica.
El no descansa nunca, no se muere en sus orgasmos, es como el ave fénix que renace de sus cenizas y vuelve por más.
No me da respiro, no pregunta, sabe que con migo no hace falta, y todo comienza otra vez.
El único freno es el tiempo, y vuelvo en mi un instante, miro el reloj… ya es muy tarde.
Es una relación amor/odio, amor a los placeres y odio a los límites. Pero es eso lo que nos mantiene juntos.
Llama un taxi mientras disfrutamos de nuestras pieles hasta lograr que nos quede marcada la esencia del otro, en lo que vemos, sentimos y olemos.
Nos vestimos y parto.
Muero por un cigarrillo, pero es obviable.
Vuelvo a casa como siempre, me desvisto y me acuesto.
Todo vuelve a su camino y mi cabeza guarda ese momento en un rinconcito hasta la próxima vez, donde vuelve a revivir.
Hay vicios que hay que cortarlos por completo, pero hay otros que la única manera de sobrellevarlos es racionalizándolos y disfrutando esos pequeños momentos como si fueran eternos.

19 feb 2007

Locura a diez mil

Estoy jugando a la compu, él prepara la cena.
Siento que voy a estallar, respiro profundo y me contengo.
No hablo, no quiero pelear pero la cabeza me va a mil.
Y siento ganas de explotar, y mi descarga generalmente es sexual (2x1, alivio - placer)
No tiene mejor idea que decirme “el sábado a la noche hay fútbol (y para que no me enoje) ... podríamos ir juntos si queres”.
A mi solo se me cruza por la cabeza que es la excusa perfecta, no solo para él sino para mi también.
- Fantástico pienso, me hago la ofendida, pero le digo que vaya igual, llamo a N y obtengo mi tan deseada descarga (estoy enojada con él, pero no me importa, en este momento me sirve y no necesito mas que eso).
Pero empiezo a maquinar y no se si está disponible, hace rato que corte contacto, y eso me pone mas nerviosa.
Mi cabeza no puede parar y se me cruzan imágenes del relato que leí hoy del blog de X, y estoy yo transpirando con él, en su historia, bajo su dominio, bien salvaje, toda una esclava sexual.
Recuerdo los momentos reales con X y a pesar de que difieren bastante, tomo sensaciones de uno y lo mezclo con imágenes del otro y sigo volando. Me gusta la mezcla que obtengo.
Me freno, tomo conciencia de mi locura y me río sola.
Mataría por un cigarrillo.
Respiro profundo, termino de bajar y salgo de cara al mundo real.
Trato de disfrutar la comida, que esta vez no viene con postre .... no por lo menos el que yo espero.

2 feb 2007

Las adicciones

Creo que es una cuestión de proponérselo, decir stop, hasta aca llegué, esto no me hace bien y listo..... o no??

Estas frases hechas solo las diría si me hiciera la superada o si jamás en mi vida hubiera sido adicta, como hacen muchos, y lamentablemente no es tan fácil.

Aunque no voy a negar que la primer semana de abstinencia me deprimió mal.
No quería nada, ni a nadie, ni en ningún lugar.
Estaba enojada con el mundo, pero especialmente con migo misma.
Solo quería estar con el vacío que me provocaba la falta de “eso”. Pero no tenia ganas de volver, al contrario, y eso me ponía peor porque era mas complicado de lo que pensaba.

Los siguientes días fueron más fáciles ... te mantenes ocupada, a mil, sin tiempos para pensar demasiado. Y te sentís más libre, y te auto convences de que así estas mejor... “que malo que son los vicios” te repetís.

M sin saberlo me ayudo mucho, ocupando ese lugar que en cierta forma yo le estaba negando, al escaparme (como adicta en busca de su droga).
Y nuestra relación mejoró y empecé a disfrutarlo más y a putearlo mas también porque ya no tenia con quien descargarme (o a donde escaparme mejor dicho), y nuestros problemas o me los guardaba o los resolvía con él.

Y todo iba viento en popa, es fácil no tentarte si no lo tenes a mano., es como el chocolate (si no lo veo no me antojo).
Obviamente hay veces que tenes que escaparte, esquivarlo porque todavía no estas fuerte para enfrentarlo, para mirarlo a los ojos y saber que ya no te provoca nada.
Pero me busca, me incita a caer en la tentación nuevamente. El sabe que me puede, sabe que con él no puedo controlarme, y por eso lo evito (bueno, hago lo posible).

Y pasa el tiempo, ya casi 2 meses, y cuando creía que ya me había inmunizado, que ya estaba preparada para enfrentarlo, me di cuenta que el aislamiento no sirvió para un carajo.
Me lo cruce en la casa de un amigo que tenemos en común (que no sabe que nosotros tuvimos/tenemos algo) y toda esa pared que había creado se vino abajo, y aunque por fuera estaba totalmente inmutable, mi cabeza no dejaba de traerme imágenes de N haciéndome gozar de una manera única.
Y no podía mirarlo a los ojos porque me conoce y como buen cazador que es, se iba a dar cuenta de mi debilidad.
Pero me perdí en la multitud, entre charlas, personas y temas superfluos.
Nos fuimos juntos en un taxi y seguí tan inmutable como pude, tratando de esquivar esa mirada penetrante que te desnuda de cuerpo y alma.
El almidonamiento por suerte aguantó hasta que se bajo, y ahí recién pude respirar y desarmarme en el asiento de ese taxi, me prendí un cigarrillo, volé y me perdí con mi mente hacia el pasado, gozando de cada instante recordado.
El cigarrillo se termino, yo me desperté y el taxi llego a casa.

1 feb 2007

Fanáticos ... enfermos fanáticos

Ayer cuando iba a la casa de mis viejos en colectivo, veo en una esquina a un grupo de adolescentes varones (calificativos para hombre de entre 12 y 35 años aprox.) alrededor de un auto tuneado (modificado de su versión original, que el 99% de las veces queda espantoso), mirando y admirando al bicho como si fuera una obra de arte.
Relacioné esto con lo que vi y sentí en la cancha el sábado en el partido de Central vs. Banfield al que fui con M y su hermano.
Ellos son fanáticos de Rosario Central, y van siempre, son tranquilos, no bardean ni hacen quilombo pero sienten sus derrotas como propias y hasta se bajonean “por lo mal que estamos jugando” (hablan como si fueran parte del equipo).
En mi casa nunca hubo fanáticos ni del fútbol, ni de los autos ni de nada, y tal vez por eso me cuesta acostumbrarme a la idea de que es normal ese tipo de actitudes ante un partido, o una carrera o la actividad de un tercero.
No puedo entender que se pierdan 7 horas el domingo para ver 1 hora y media de fútbol y paso a detallar el itinerario:
- 1 h. de colectivo de ida
- 2 h.. que llegan antes para evitarse el quilombo de los muchachos que hacen cuando entran, y de paso aprovechan para ver la reserva.
- 2 h.. que dura el partido (en el cual sufren y transpiran con si estuvieran jugando ellos, pero el ejercicio no les hace efecto porque cada vez están mas panzones)
- 1 h.. que se quedan tomando algo por ahí, aguantando hasta que los muchachos se vayan, destrozando todo lo que encuentran a su paso y dejando los colectivos a la miseria.
- 1 h.. de colectivo de vuelta.

Y no estoy contando que después miran esos programas insoportables donde pasan las jugadas y los goles del partido (que ya vieron en vivo y en directo) y todos hablan como si fueran Dios, juzgando a los infelices que corren tras la pelota.

Estar en esa tribuna, en medio de tanta gente gritándole cosas a los jugadores, cosas que no llegan a escuchar, cantando primero para apoyar al equipo y después cuando están desconformes con el juego, amenazándolos por todo el esfuerzo que ellos (los hinchas) hacen por el equipo y que no están sintiéndose retribuidos, me hizo sentir como si estuviera parada en medio de una manada, que no piensan ni razón absolutamente nada, de lo que dicen o hacen (y te aseguro que no estaban alcoholizados, y eso me daba mas miedo).
Traté en lo posible de memorizar cada cara que vi, para que el día de mañana, si me los cruzo en la calle o en algún boliche, tener el tiempo suficiente de salir corriendo.
Lo peor de todo es que estoy durmiendo con uno de esos animalitos irracionales (pero por suerte, de los mas normalitos de los que vi) y que sea este u otro, la mayoría de los hombres encuentran algo por que fanatizarse.

Las mujeres somos diferentes, no nos fanatizamos, a lo sumo nos apasionamos por algo, pero no pasa de eso (no puedo generalizar, porque siempre están las enfermitas que van a hacer 5 días de cola para ir a ver al gordito gilun de Luismi u otro similar).

Creo que la mayoría utiliza esos fanatismos para escaparse de la miseria de la realidad en que viven, y para descargarse.
Como siempre digo, no hay mejor descarga que el sexo y te diría que es una de las pocas cosas (para no decir la única) que me apasiona y por la cual pasaría 28 horas del día practicando (yo también necesito descargar mis miserias diarias)
Porque ese es otro punto .... si tanto les gusta el fútbol, porque en vez de sentarse a mirar como otro se mueve, no levantan las cachas y las ponen en movimiento practicándolo.
Es como que yo diga que me encanta coger, pero lo único que hago es mirar películas pornos. CUAL ES LA GRACIA??????

En fin, creo que nunca los voy a poder entender, y por otro lado pienso el desperdicio de tiempo y hombres que genera le maldito fútbol y su fanatismo.

Un consejo .... si queres ir a la cancha a buscar hombres, te recomiendo que ni entres, con que te quedes en la puerta cuando salen, es suficiente, porque durante esas 2 horas de partido, no existe nada mas en el mundo que eso (ni la cerveza, con eso te digo todo), ahora ..... cuando se despiertan ni les importa que vos estes con tu novio o seas monja.