3 jul 2007

Montaña rusa emocional


Soy completamente ciclotímica, al punto de plantearme si necesitaría de un psiquiatra que me declare depresiva, con picos de euforia o que me diga que tengo personalidad múltiple.

Paso de sentirme inmersa en un mar de mierda por donde lo mire, donde nada vale la pena y solo tengo ganas de escaparme de todo, a disfrutar de cada una de las cosas que hago, cada persona con la que hablo, cada momento vivido.

Hoy por ejemplo, estoy en un día de buenas y siento que amo a mis hombres, al que me excita, al que me levanta el ego, al que me necesita, al que me quiere, al que me hace gozar y al que me cuida. Y los amo a cada uno por separado y por ser todos uno.

Disfruto de mi trabajo, que más allá de ser un caos y de estar rodeada de gente de mierda, me llena de adrenalina.

Disfruto de mis horas en colectivo porque me permite escribir o leer, pensar tranquila o simplemente contemplar el paisaje y a la gente.

Esta es mi vida, correr, excitarme, enojarme, seguir corriendo, dormir poco, extrañar lo que ya no quiero y de vez en cuando frenar a disfrutar y relajarme.

Este es el recuento de una semana de altibajos, muy típica en mí, que reniego mucho pero disfruto. Y tal vez cuando asuma mis ciclos, podré encontrar el equilibrio en esta inestabilidad constante que me mantiene viva.