2 may 2006

Fucking question



Pasamos un finde muy juntos con Y, los primeros fríos, q siempre sirven de excusa para acucaracharse (como dice Na para referirse al hecho de quedarse acurrucado con alguien), una sopita calentita, una buena película, mucha cama, muchos calor, y muy buen sexo. En sí “que mas se puede pedir?”.

En esos momentos me siento a pleno. Lo siento muy cerca, cada uno sin dejar de ser uno, siguiendo con su vida, pero a la vez esperando el momento para estar juntos, para disfrutarnos.

Y tengo que darle la razón a Y, el sexo se disfruta mejor cuando uno se siente bien con uno mismo y el otro no es “cualquier otro”. Cuando no solo es sexo, no es solo el momento, sino que los sentimientos te brotan y se genera un clima muy cálido, pero sobre todo un después mucho mejor, una satisfacción completa y muy placentera.

Y yo me sentía bien, disfrute de cada momento, de cada caricia, y volé y proyecte todo un cuento en mi cabeza, y estábamos perfectos, y todo estaba perfecto.
Todo hasta el fucking moment donde se me ocurrió preguntarle que somos, que soy yo para él?, y Y muy sincero siempre, y sin vueltas me respondió:
- “que esperas que te diga?, veo que vos no cambias, seguís dejando puertas abiertas por todos lados, dándole calce a cualquiera, y yo solo trato de centrarme en disfrutar el momento q pasamos juntos, porque no se si puedo esperar algo mas de esto”

Y en ese momento caigo de cabeza contra el piso, y mierda, como duele, el golpe es muy fuerte, y me quedo sin palabras, y al mismo tiempo se me cruzan mil cosas por la cabeza, situaciones, palabras, excusas, pero nada, nada sale de mi boca.

Y mi primera reacción, es un contraataque, es intentar justificarme reprochándole que nunca tenga tiempo para mí, que siempre tiene algo para hacer, pero me quedo callada.

En el fondo sé que tiene razón, y me quedo sin palabras, y lo rosa se vuelve gris.

Y todo el resto de mi día se vuelve gris, y solo tengo ganas de aturdir mi cabeza, de acurrucarme en un rincón con la cabeza entre las piernas, de taparme los oídos como intentando no escucharme.

Y no lo llamo, y en el fondo quiero que no venga, que se esfume y así desaparece mi problema, el problema de tener que encontrar una solución a mis acciones, porque se las causas, en el fondo lo sé.

Se hace de noche y Y aparece en casa. El está bien, el aprendió a disfrutar solo los momentos que estamos juntos, pero yo no, porque se con la mierda que cargo, y tengo arranques en los que sigo tapándome los oídos, sigo esperando que se vuelva un idiota más que no se da cuenta lo que hago, de lo que no resuelvo en mi vida.

La diferencia de M con el resto, es que es lo que quiero, y esto me duele, y me sacude y me hace bajar a la realidad, ..... mierda, como duelen los golpes