26 jul 2007

Miedo ... a tener miedo


La mayor traba y creo que la mayor miseria humana es expuesta por miedo.

Vivimos con miedos …


  • Miedo al que dirán y por ende miedo al rechazo.

  • Miedo a no ser los mejores y a ser reemplazados

  • Miedo a pasar vergüenza y a que se rían de nuestros errores

  • Miedo a quedarnos solos, aunque la soledad este a cada paso que estamos juntos.

  • Miedo a expresar nuestros sentimientos por que no queremos sufrir, a pesar de la angustia que nos provoca no decirlo.

  • Miedo al fracaso y por las dudas no nos arriesgamos caminando por lo seguro.

¿Por qué elegimos a los chicos “buenos”, tranquilos, que no les gusta mucho salir solos, estables, los que en una u otra forma dependen de nosotros?
¿Por qué nos atraen, nos excitan, nos hacen suspirar? … lo dudo.


Creo que simplemente porque nos dan mayor seguridad, aunque sea hipócrita y mediocre pedirles “amor para toda la vida” cuando sabemos que es algo que nosotros no podemos garantizar.

Hace años mi primo me dijo “que suerte, vos siempre conseguís los chicos más buenos”

Y tenía razón, mis novios siempre fueron los “perfectos ejemplares masculinos para ir al altar”, los que después me terminaban aburriendo obviamente.

Pero opuestamente mis tranzas, mis amantes, los que no me permito sentir más allá de lo que da el momento, eso son los que me mueven el piso, me calientan y me pueden, los que más disfruto porque no pienso en nada más que el ahora y es sincero, sin especulaciones por un mañana, por seguridad y es esto y soy yo lo que ven.

No hay promesas absurdas de eternidad, no hay obligaciones, solo lo que se siente.

¿Será por eso que lo que nos atrae de alguien, con el tiempo, es lo que nos termina alejando… o para evitarlo, intentamos cambiarlos?

Nos gusta que sean atractivos, inteligentes, divertidos, cariñosos, independientes, fogosos… pero también nos genera una especie de esquizofrenia de abandono, por ser especimenes para nosotros perfectos y codiciados por otros.

La inseguridad en uno mismo es el peor de los miedos, y repercute en la pareja que formamos, en el trabajo que elegimos, podría decir que en cada una de las decisiones que tomamos… en nuestra vida.

La infidelidad, los celos, la competencia desleal, la envidia, la difamación, la cobardía, son todas secuelas de nuestros miedos.

Generalmente nos provoca enojo, cuando en realidad nos tendría que dar lástima.



Decimos muchas verdades para con los demás, pero no las llevamos a cabo nosotros y cuantas otras ni siquiera las decimos, porque nos duele aceptarlas, más allá de que sepamos que son ciertas.