13 ago 2008

Un destello, una imagen

La falta de tiempo, los desencuentros, mi obstinación por sacarlo de mi cabeza

todo suma en la brecha de mi distancia... pero no en la de mi deseo.

Un No se convierte en un encuentro, sin siquiera pasar por un Tal vez...

- tengo gente en casa, pasame a buscar ... ya esta todo listo, vos sabes cual es tu parte.

Sin necesidad de más, satiné mi piel de perfume, me detuve en la vinoteca y fui a su encuentro.

El lugar era acogedor, la majestuosa arquitectura robó mi atención.

En la espera me detuve a sentir el frío que sus antiguas baldosas emanaban,

transportándome a otros tiempos.

La temperatura de la habitación era la esperada por mi piel para despojarse de la ropa.

El temple del rojo bajo la luz tenue se multiplicaba en cada uno de los espejos que la rodeaban.

El vino y el chocolate se me antojaron tan exquisitos como sus besos sobre mi cuerpo.

Jugando con mis deseos y sus labios, no pude más que cerrar los ojos y dejarme llevar, y volver sosegada por el fuego, para obligarlo a ver, inmóvil, mil imágenes de su cuerpo devorado por mi boca.

Sus gemidos me incitaron a mirar, a disfrutar su placer.

En un solo movimiento me obligó a parar, a perder mi dominio en sus demonios.

Sus manos se perdieron en mis cabellos, queriendo domarlos. Desatados y enloquecidos, mostraban el fiel reflejo de mi alma.

Su cuerpo pegado a mis espaldas dibujaba un perfil único, sin dejar que la luz lo atravesara, fundiendo en mis pupilas una imagen imborrable... sus ojos y mi cuerpo.

Reflejo de nuestros deseos, sabor de nuestros recuerdos.