Al vacio
Meses pasé tratando de superarlo.
Día tras día me iba diciendo a mi misma que ya no era lo que quería, y que tal vez nunca lo había sido.
Seis meses fueron los que me hicieron creer que ya era parte del pasado.
Ya no lo veía y trataba de no hablarle en lo posible.
Pero no hay nadie a quien engañemos mejor que a nosotros mismos.
Quise probarme de que ya no me afectaba y volví a verlo.
El primer encuentro, no fue nada especial, solo sexo, tan vacío que mi piel no llego a reconocerlo.
Me sentí bien, sentí que podía separar el cuerpo del alma.
Seguimos en contacto y a pesar de tratar de no volverlo a ver, no podía evitarlo, disfrutaba del placer que me daba y era mas fuerte.
Pero estaba tranquila, no me inquietaba, o eso creía.
Una semana, solo una semana sin verlo conectado, sin cruzar una palabra.
Y apareció, volvió de su viaje, y me trajo lo que me había prometido.
El castillo de cartas se voló de un soplo y un simple "te quiero ver" me derrumbó.
Y aca estoy, luchando contra mi, convenciéndome que lo puedo manejar.
Pero no puedo.