25 jun 2007

Conformista desconforme


Siempre digo “me molesta esto” “no me gusta hacer esto otro” “tendría que hacer tal cosa”, pero nunca me puse a pensar más allá de lo que hago y tengo, que es lo que creo que me haría feliz, me gustaría o quisiera aunque no estén dentro de mis posibilidades ahora.

No tengo metas materiales obsesivas, no soy ambiciosa.
Tal vez porque nunca pasé necesidades o tal vez por vivir muchos años la paranoia paterna por la seguridad económica, es que no me he planteado muchas cosas en ese plano, pero como buena extremista que soy, creo que he generalizado demasiado.

Lo que sí fue marcando un camino en mi vida, es la independencia económica y ahí no hay tutía.

Pero ahora que me doy cuenta que nunca me pregunte:

- como sería la casa de mis sueños
- que me gustaría estudiar aunque no tenga salida laboral, ni me sirva para mi actual profesión.
- como sería el hombre “ideal” para mí (porque siempre todos tienen algo para reprocharles)
- como me gustaría que fueran mis días realmente.
- como espero encontrarme en 10 años.

Pero no hablo de un absurdo ideal utópico, ni de metas socialmente impuestas que solo te hacen chocar contra una dura y ficticia realidad al no ser como en los cuentos de hadas donde todo es rosa y siempre muestran un perfecto final feliz.

Siempre me fui acomodando a lo que se fue dando y eligiendo dentro de un abanico de posibilidades factibles, acotado por los hechos, por la comodidad, por los miedos, por las dudas.

A veces me siento una conformista ... y lo peor (o lo mejor) de todos es que tampoco me conforma.

Tal vez como me dijeron los otros días .. “Hay preguntas que, para solucionarlas, no es necesario una respuesta, sino disolverla porque ya no es una pregunta necesaria”. Perdón por el plagio Cirulaxio, pero es que esa respuesta llegó en el momento justo y se lo agradezco.